Antes incluso de comenzar a ver qué máquina usar, primero debemos considerar tres factores importantes relacionados con el proceso en cuestión: A) ¿Cuáles son las características del material? B) ¿Cuál es la aplicación de tamizado que pretendemos conseguir? C) ¿Cómo se instalará el tamiz en el proceso propuesto?

En cuanto al uso e instalación del tamiz, normalmente debemos considerar factores tales como: instalación por gravedad: la alimentación del tamiz está en caída libre; instalación de presión en línea: conectada directamente a una línea de transporte neumático (positiva o de vacío); alimentación controlada de material: un dispositivo externo controla la velocidad de alimentación al tamiz; alimentación por inundación: el tamiz debe ser capaz de manejar una condición de alimentación por inundación; condiciones ambientales y de proceso: materiales o ambiente explosivos, temperatura ambiente y del producto, requisitos eléctricos especiales, etc.

Una vez identificado el proceso y las condiciones de instalación para la aplicación, debemos centrar nuestra atención en la selección de un tamiz o cribador adecuado.

Cribas vibratorias que cuentan con: plataforma plana - normalmente cribas redondas; múltiples plataformas - ideal para múltiples separaciones; accionamiento del motor vibrador: proporciona un tamizado bidimensional de alta frecuencia y baja amplitud; acción vibratoria suave - buena para materiales friables o fácilmente dañados; Entrada mínima de energía: buena para materiales sensibles a la temperatura.